Diseño y costura con alma
Llevo años trabajando con las manos, el corazón y la cabeza en lo que más me gusta: diseñar, coser, enseñar... y acompañar. Mi forma de entender este oficio es muy sencilla: cada persona es única, y lo que se crea para ella —sea un vestido o un aprendizaje— también debería serlo.
Lo que une todo lo que hago es la personalización. No me interesa producir en serie ni enseñar con fórmulas rígidas. Me interesa lo cercano, lo hecho a medida y con sentido. Y si estás leyendo esto, es posible que a ti también.
Mi filosofía de trabajo parte de algo muy simple: cada persona es distinta, y eso merece ser respetado. Ya sea creando un vestido para una novia o guiando a una alumna que empieza desde cero, mi forma de trabajar se basa siempre en la escucha, la atención al detalle y el cuidado por el proceso.
Cada persona es única, y lo que se diseña o se enseña también debe serlo. Tanto los vestidos como las clases se adaptan a ti, no al revés.
Aquí no hay prisas ni producción en cadena. Se trabaja con calma, cuidando cada paso del proceso, desde la primera idea hasta el último detalle.
Ya sea en el atelier o en la escuela, el trato es humano y directo. Se escucha, se conversa y se camina juntas. Porque esto va de crear, pero también de compartir.
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En la escuela, el enfoque es el mismo. Enseñar, para mí, no es seguir patrones, es acompañar procesos. Por eso cada alumna tiene su ritmo, su estilo y su forma de aprender, y eso se respeta. Porque aquí no solo se aprende a coser: se aprende a confiar en lo que uno puede hacer con sus propias manos.
Financiado por la Unión Europea – Next Generation EU. Sin embargo, los puntos de vista y las opiniones expresadas son únicamente los del autor o autores y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea o la Comisión Europea. Ni la Unión Europea ni la Comisión Europea pueden ser consideradas responsables de las mismas.